En
este camino de evolución nada es estático, todo se mueve y se
transforma. Así es como las informaciones que me van llegando van
actualizándose, tomando formas diferentes, puliéndose poco a poco.
Es
algo así como tener un programa instalado en un ordenador que va
actualizándose y mejorando, obteniendo así aplicaciones nuevas, complementos, que no anulan a las anteriores, pero que varían en
algunos aspectos.
Esto
es necesario y según mis guías y maestros, y así como lo que me
dice mi Yo Superior y mi alma gemela etérica, estamos en unos
procesos donde somos alumnos que van pasando de nivel y las
informaciones que ellos nos dan y las experiencias que vivimos, van
variando según el nivel en el que estamos. Así, tal vez los guías
un día te explican cuál es tu misión, pero no te la detallan, y al
siguiente nivel recibes más información sobre la misma.
De
esta manera, también nos van llevando hacia el conocimiento, según
nuestra mente esté capacitada o no para comprender, según nuestras
emociones sean más o menos adecuadas.
Así
pues, todo es cambiante, nada está quieto.
Al
principio, este hecho me preocupaba, pues en ciertas ocasiones
parecía como si una información contradijera a otra, sin embargo,
me di cuenta de que simplemente tenía que desmontar el puzzle para
volverlo a montar con las nuevas piezas que me habían entregado, en
fin, desestructurar mis procesos mentales, ampliar o estirar mi mente
para poder encajar lo que me había ido llegando.
El
cuerpo humano no es sólo materia, también hay energía a su
alrededor y dentro de él, sus células poseen un campo energético,
así como sus órganos, ect.
Fuera
de nuestro cuerpo, pero ligado a él, existe lo que llamamos aura, la cual está formada
por siete capas, que podrían corresponderse con la energía de cada
chakra principal. Así pues, dentro de estas capas áuricas, esxiten, entre otras, nuestro cuerpo mental y nuestro cuerpo
emocional, y van creciendo, madurando y adaptándose a los nuevos
niveles de consciencia que vamos adquiriendo poco a poco. Somos como
niños en período de crecimiento, y así como nuestros cuerpos no
palpables aumentan su capacidad, nuestra vibración también va en
aumento.
Cada
uno de los seres humanos que habita este planeta contiene en sí
mismo estos siete cuerpos, más el cuerpo físico, y todos y cada uno
de ellos, en estos momentos sobre todo, está creciendo y
evolucionando.
Es
cierto que cada alma parte de su propio proceso evolutivo. En estos
momentos nuestro planeta sería comparable con una escuela donde
millones de alumnos entran para aprender lo mismo (aunque de maneras distintas), sin embargo, cada
uno de esos individuos procede de lugares diferentes, tienen un nivel
de comprensión distinto, una base académica diferente, una edad
variada, ect. Y estos seres humanos tienen misiones diferentes,
pactos, objetivos, todos y cada uno de ellos son un universo completo
que está en un punto distinto de evolución y de expansión pero que
ahora mismo está avanzando de una manera muy acelerada.
También
sería comparable con un grupo de árboles cuya fruta está más o
menos madura. Algunas frutas están ya listas, otras aún tienen un
largo recorrido, pero todas están en proceso de maduración.
Todas
las informaciones que van llegando a los canalizadores, lo hacen de
manera progresiva, es decir, primero la información está adecuada a
un canalizador que está en primero, luego se amplía la información porque el mismo canalizador ha crecido y evolucionado y ya está en segundo, y así progresivamente, de manera que cada
vez la información es más compleja para los que están en niveles menos avanzados, pero comprensible para los que están en el nivel del
canalizador.
Es así también como funciona la ley de la resonancia, todo aquello que está en tu nivel de comprensión y evolución (vibración), y todo aquello que tiene que ver con tu misión o tu procedencia (la realidad de tu ser), vibrará en ti de una forma especial y sentirás que estás en consonancia con esa información que llega de terceros. A veces ocurre que no te resuena porque aún no has llegado a ese nivel evolutivo, pero cuando lo haces, dicha información te llega de nuevo y resuena con fuerza dentro de ti.
Dentro de todas estas informaciones que nos dan los guías, vamos sabiendo quiénes somos y vamos obteniendo mayor comprensión del funcionamiento del "mundo terreno" y de las realidades, dimensiones, líneas temporales, vidas pasadas, ect.
Así
fue cómo en un momento de mi evolución se me reveló un cambio en
mi nombre espiritual y en el de mi llama gemela, siendo así el mío
Arael Elämä, (Ara-helm) y el de mi llama Araham (Ara-ham).
Al
principio me pareció muy rebuscado, creí que mi mente se inventaba
todo esto, sin embargo, se me explicó que nuestros nombres no son
como aquí en este plano, que ni siquiera tenemos nombres, sino que
nos reconocemos entre nosotros exclusivamente por la energía, la
vibración, y que, en un esfuerzo por traducir dicha vibración, se
nos iban dando nombres que se asemejaban a lo que somos. Así pues,
lo más parecido a nuestra frecuencia vibracional serían esos
nombres.
¿Por
qué Elämä? Eso fue lo que pregunté, a lo que mis guías me
contestaron que esa era mi misión principal, ese nombre
respresentaba, no mi identidad, sino mi misión, lo cual me pareció
maravilloso, pues Elämä significa vida, y se me reveló que era lo
que yo debía emanar, vida, ser, y que no era la única que tenía
dicha misión, la de dar vida, luz, ser, sólo siendo, sin hacer nada
más.
Cada
proceso es muy particular e individual, así que, cada uno de
nosotros va recibiendo la información que precisa en cada momento, ya sea directa de los guías o a través de personas que nos ponen en el camino.
Animo
a todos a que se escriban en cuadernos todo aquello que vayan
recibiendo, ya sea en forma de mensajes directos, sueños, señales,
libros que lleguen a vuestras manos, informaciones que lleguen de
terceros y que os resuenen, porque todo ello forma parte del mapa
evolutivo que tiene trazado vuestro ser.
Un
abrazo de luz.
Arael
y Araham
No hay comentarios:
Publicar un comentario